Ahora toca seguir caminando, asimilando todo lo vivido en Casa Guadalupe

Con mucha alegría, y a la vez con un poco de tristeza, nos toca despedir, éste mes de enero, a cinco mamás que han terminado su paso por Casa Guadalupe (Nadia, Carla, Adys Sofía, Sidra, Marilyn) pues sus pequeños ya han cumplido el año de vida. Todas ellas han vivido una experiencia inolvidable en Casa Guadalupe que han compartido con nosotras a través de sus testimonios de vida el día de su despedida en la Casa. Todas ellas, muy valientes y generosas dijeron “sí a la vida” y ahora disfrutan con sus familias viendo crecer a sus niños. Gracias por vuestros testimonios de vida chicas, ¡no os olvidaremos nunca!

ADYS SOFÍA: Siempre cariñosa, divertida y servicial. Te has hecho querer mucho entre las madres, ofreciéndoles siempre tu consejo y apoyo. Te has implicado mucho con la Casa desde el primer día y te has dejado querer por la Virgen y por todos nosotros. Tú y tu familia habéis sido de gran ayuda colaborando siempre con las necesidades de la Casa y os estaremos siempre muy agradecidos. Gracias por tu entrega, por tu dedicación y por todos los momentos vividos. Gracias por tu amabilidad y por tu ayuda incansable con el ropero y el orden de materiales. Gracias por todo el trabajo dedicado a la Casa y a las mamás. Seguro que Dios tiene reservados grandes planes para ti y tu familia. ¡Te echaremos de menos! Y no olvides nunca que la Virgen está cuidando de ti en todo momento y que nunca te va a fallar.

CARLA: Siempre te has implicado con la Casa y con las madres. Siempre has estado dispuesta a ayudar, a servir, a dar testimonio, a escuchar a las demás mamás, a ofrecerles consejo. Nos has ayudado con el orden de los almacenes, con el transporte de materiales y a decorar todas las celebraciones de la Casa. Siempre alegre, con carácter divertido y con mucho sentido del humor has traído a la Casa alegría, buenas emociones y buen ambiente. Nos has enseñado que la vida hay que vivirla con sencillez, con Amor a Dios y a los demás y con espíritu positivo y alegre. Gracias por tanto, Carla. No olvides que la Virgen siempre está con vosotros, cuidando de la hermosa familia que has formado. ¡Siempre adelante!

NADIA: Siempre alegre y participativa en la Casa y en las sesiones de formación, junto con tu carácter tranquilo y confiado siempre en Dios, nos has enseñado el valor de la lucha por la vida y la familia. Desde la sencillez y la humildad te has ido implicando con las mamás y con la Casa y te hemos visto luchar a diario por tu familia y tus hijos para darles todo lo mejor y, lo más importante, todo tu amor. Te damos gracias por tu testimonio de vida, por tu valentía y por decir “sí a la vida” cuando todo parecía desvanecerse. Estamos seguros que toda esta lucha y superación diaria dará frutos en abundancia. No temas nunca, Dios está cuidando de ti y de tu familia, así que adelante siempre confiando en el Amor.

SIDRA: Gracias por tu amabilidad, por tu sencillez, por tu lucha constante. Gracias por haberte dejado querer. Ha sido un placer conocerte y damos gracias a Dios por haberte puesto a ti y a tu familia en nuestras vidas. Siempre alegre, siempre con una gran sonrisa, siempre amable. Tú y tu familia os habéis implicado mucho con la Casa. Siempre que hemos necesitado ayuda en los almacenes, en el mantenimiento de la Casa o en cualquier otra tarea habéis respondido sin dudarlo y os estamos muy agradecidos por ello. Vuestra lucha por conseguir un futuro mejor para vuestra familia nos enseña que no hay que rendirse nunca y que siempre tenemos que confiar en Dios. ¡Adelante familia, no os olvidaremos nunca!

MARILYN: Gracias por tu alegría constante, por tu buen humor, por tu lucha incansable. Gracias por enseñarnos que la juventud es un estado del alma y que no hay que rendirse nunca. Gracias por tu escucha activa, por tu participación en la Casa, por traernos siempre aire fresco. Has aportado muchísimo al resto de chicas, siempre escuchándolas amablemente y ofreciéndoles acertados “consejos de madre”. Gracias por enseñarnos el valor de luchar por mantener a tu familia unida a pesar de las dificultades. Tu testimonio de vida es un gran ejemplo para todas nosotras. Ahora tu vida continúa más intensa y viva que nunca, sabemos que vienen cambios, pero no tengas miedo. Recuerda siempre que la familia que reza unida, permanece unida y que la Virgen os arropa siempre bajo su manto. Ella cuidará siempre de ti y de tu familia.