Otro jueves más nos reunimos y, juntas, merendamos y rezamos unidas en un solo corazón y una sola mente. Cada semana nos acercamos más a Jesús, le presentamos a nuestros hijos y le pedimos que, junto a María, interceda por ellos. Es precioso ver como nos va transformando el corazón semana tras semana. Los niños de Casa Guadalupe no pierden un minuto tampoco para jugar, rezar con nosotras y cantarle a la Virgen María.