“Hay mayor felicidad en dar que en recibir” (Hch. 20,35)

Eso es precisamente lo que pudimos aprender este sábado, gracias al testimonio del sacerdote misionero Luis Petit. Hace 10 años, a los cuatro años de haberse ordenado sacerdote, de manera providencial fue destinado a evangelizar muy lejos de aquí, nada menos que a la selva peruana. Desde entonces, dedica todo su tiempo y energía a llevar a Jesús a los más pobres. Y lo hace como sólo se puede llevar a Jesús, a través del amor. Pudimos conocer de manera muy concreta algunas de las actividades que ha puesto en marcha a través de la Fundación Loreto Sulla: Desde la atención a las familias más necesitadas, procurándoles una vivienda digna, o el cuidado de los niños desnutridos, montando un comedor donde se da de comer a 150 niños diariamente, hasta la puesta en marcha de una escuela para los hijos de las familias más pobres. Damos gracias a Dios por haber podido conocer de primera mano esta gran labor y por habernos ayudado a entender las palabras de San Pablo: “hay mayor felicidad en dar que en recibir” (Hch. 20,35)