¡Sí a la Vida!

El pasado sábado 24 de septiembre, en la formación, hablamos sobre el aborto y sobre la importancia de defender la Vida del bebé aún no nacido. La mayoría de las mamás expresaron su experiencia. Gran parte de ellas, al confirmarle el médico que estaban embarazadas, la pregunta a continuación fue: y qué quieres hacer? en vez de: enhorabuena, para cuándo? Se sienten muy poco apoyadas por el personal de los centros de salud, les recomiendan animosamente el aborto, como la solución a su embarazo y al contrario, algunas de ellas, desgraciadamente, sufren aún las consecuencias de abortos anteriores. En la medida que podamos, apoyemos a todas las mamás embarazadas, a los hijos que llevan en su vientre, que se sientan amadas por todos los profesionales médicos, de educación, religiosos, familiares, amigos, políticos, gente de buena voluntad. Como decía Madre Teresa de Calcuta:

«(…)Debemos recordarnos a nosotros mismos que amor significa estar dispuestos a dar hasta que duela. Jesús dio hasta su vida para amarnos. Así, la madre que está pensando en el aborto, debe ser ayudada a amar, eso es, dar hasta que duela sus planes, o su tiempo libre, para respetar la vida de su hijo. El padre de ese hijo, quien quiera que sea, también debe dar hasta que duela. Mediante el aborto la madre no aprende a amar, sino que mata a su propio hijo para resolver sus problemas. Y, mediante el aborto, se le dice al padre que no tiene que tomar ninguna responsabilidad con el niño que ha traído al mundo (…). Cualquier país que acepte el aborto no está enseñando a amar, sino a que use cualquier violencia para conseguir lo que quieren. Es por eso que el mayor destructor del amor y la paz es el aborto».