Testimonio Ami, mamá de Casa Guadalupe

Ami ha acabado su paso por Casa Guadalupe como mamá, su hija Sita ha cumplido su primer año de vida! Muchas felicidades! Queremos agradecerte de corazón tu alegría a pesar de las muchas dificultades, tu participación en las actividades, tu colaboración como voluntaria, y tu ayuda constante a las demás mamás. A continuación explicamos su testimonio de vida que nos contó el pasado 25 de marzo, día de su despedida!

«Desde el primer momento me dijeron los médicos que no podía tener la bebé porque tengo un dolor de espalda desde hace más de 10 años y entonces me dijeron: quedarme con el embarazo o que nazca y me quede inválida. Entonces la opción qué era? Abortar. Me dijeron: «vas a cuidar un bebé con una silla de ruedas?» Era una balanza: hacerlo o no hacerlo. Cada día me llamaban del Taulí, de Terrassa, fue kadija (ex mamá de Casa Guadalupe) que me dijo: No lo hagas. Porque yo ya tenía día, porque quería hacerlo. De una parte yo no quería pero mi marido si, él no quiso. La niña decía que tenía un problema de corazón. Era una presión muy alta, inválida y la niña va a venir mal, no era algo fácil. Kadija me acompañó a Casa Guadalupe, tenía dos días para ir al aborto, estaba Mercè. Fue como un ángel salido del cielo. Salí de aquí aliviada, llegué a casa sonriendo. Mi marido me preguntó qué ha pasado, todo se veía en mis ojos. Al día siguiente le dije a mi marido que no voy a ir a abortar, pero él no quiso, me decía:» por qué tenerlo? entonces no hace falta». Hasta los 8 o 9 meses de embarazo me seguían llamando, presionando para abortar, incluso le preguntaron a mi marido si tenía dinero para pagar la silla de ruedas. Fui yo que quería salir con este embarazo adelante, pero mírame, tengo las dos piernas!! Desde los cinco meses tenía contracciones y cuando iba al Taulí me decían: «te lo hemos dicho, este embarazo no va a salir adelante, este bebé va a nacer prematuro». En el monitor se paraba el corazón de la bebé y me quedaba 3 horas allí. Hasta los 8 meses lo quería hacer de tanta presión que recibía. Esta Casa se llama Casa Guadalupe, pero yo no la llamo así, la llamo Salva Vidas, porque salvó muchas vidas, sino estuviera Casa Guadalupe, hay muchos bebés que están hoy aquí con vida que no estarían, esto está muy claro. Siempre voy a agradecer a Casa Guadalupe, estar aquí con la ayuda que nos dan, dar gracias a la Mercè, la Núria, la Montse, los voluntarios, porque ellos hacen que Casa Guadalupe sea Casa Guadalupe, siempre estaremos agradecidos.»