¿Y tú ayudas? Quizás esa Madre te necesite

Con motivo del 4° aniversario de Casa Guadalupe, hace unos días un gran amigo de La Casa, el Padre Antonio María Doménech, ha publicado un artículo en su blog llamado Sursum Corda que forma parte de la lista de blogs publicados en la página InfoVaticana.
A continuación compartimos el artículo citado:

sursum-corda

En los últimos días, o quizás meses, me asaltan noticias de lo más extrañas, como si fueran las únicas cosas que ocurren. Es cierto que pocas personas ayudan en nuestro mundo de hoy. Se facilita abortar, pero no ayudar a que el niño nazca y crezca feliz; se construyen cárceles, pero los ladrones sólo entran si roban poco. Amenazan de que el huevo kinder produce cáncer, o de que whatsapp será de pago porque es jueves. La gente quiere soluciones inmediatas y si con su pareja ha pasado un mal día, la cambia por otra, y si en el colegio hay dificultades, dejamos los estudios…. ¿Quién ayuda a la madre que tiene problemas para dar a luz, para mantener a sus hijos?

Uno piensa si realmente nos interesa saber, ayudar, superar obstáculos, hacer el bien a los demás, así, de golpe, sin nada a cambio, simplemente porque es mejor ayudar a los demás que olvidarnos de ellos. Sin embargo, en cada rincón de cada pequeño pueblo o gran ciudad hay personas que ayudan a los demás, y mucho.

Hoy, fiesta de la Virgen del Rosario, hace cuatro años que abrió sus puertas Casa Guadalupe con la feliz y ardua misión de proteger la vida de los no nacidos, viendo en cada uno de ellos un don precioso y único, dotado de la diginidad propia de toda persona creada a imagen y semejanza de Dios. Ayudar a las mujeres embarazadas que están pensando en abortar, a decir sí a la vida que llevan en su seno, como respuesta a la voluntad de Dios, tal y como hizo la Virgen María en Nazaret y mostrar el rostro de Dios a través de la experiencia de amor vivida en la casa.

Esta casa está situada en la calle Sant Llorenç 27, de Sabadell, en la provincia de Barcelona. Aparentemente, desde fuera, es una planta baja y un primer piso donde algunas mujeres con niños pequeños entran para ser ayudadas. De todas las condiciones, razas y religiones, musulmanas y españolas, de cualquier lugar, con cualquier necesidad referente a la próxima vida del hijo que esperan.

La directora de la casa, Nuria, nos explica la causa del nombre que lleva este lugar de solidaridad: El día 12 de diciembre de 1531 la Virgen María se apareció en el Monte Tepeyac (México), visiblemente embarazada, a un indígena pobre, S. juan Diego, y le dijo estas palabras: “Nada te asuste, hijo mío, el más pequeño. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?” y más adelante añadió: “Como Madre, mostraré mi clemencia amorosa para todos los que soliciten mi amparo. Y oiré sus lágrimas y sus ruegos para darles consuelo y alivio porque soy vuestra Madre compasiva”.

En un mundo egoísta en que las palabras “son mis hermanos” ya casi no se oyen, porque la gente tiene un hermano, como máximo; en un mundo de dificultades reales donde el iphone o el animal de compañía pueden ser anteriores a tener otro hijo, sin culpar a nadie de ello y sí a toda la sociedad en general, de la que cada uno formamos parte, veo esta obra de ayuda en los primeros meses, con asesoramiento, alimentos, leche, canastillas, carritos, chupetes y juguetes; así como de formación psicológica, afectivo-sexual, social y familiar a las madres y padres como una de las más urgentes de la sociedad española.

Creo que más importante que el escaño que ocupen los bárbaros en el senado, o si es más importante el P P o el P dro en el congreso, deberíamos descender a ayudar de forma concreta, cada uno como pueda, las muchas necesidades de las que estamos rodeados. Dar sin nada a cambio es el primer paso para ser feliz. Quien no lo haga a menudo, quién esté en situación más de pedir que de dar, quien esté planteándose el regalo de un hermano para su hijo o su hija, tiene hoy mi oración y la de cuantos formamos la familia cristiana, para que, por intercesión de la Virgen del Rosario, tantas ayudas como existen a través de Cáritas u otras organizaciones como Casa Guadalupe, puedan concretizarse en personas necesitadas y lleven la alegría a los hogares.

Descubrir el Amor verdadero es una necesidad básica de la juventud y de la infancia. Si tienes hijos, hermanos, alumnos, demuéstrales cada día que les quieres. Si necesitas ayuda y estás en estado de buena esperanza, si no sabes dónde acudir llama al 937279157. Por otra parte, si quieres colaborar puedes hacerlo en el Banco de Sabadell para que estas chicas puedan recibir algo más de lo que les dio la vida, o mejor dicho, en muchos casos, de lo que no les dio. La Virgen de Guadalupe cuentan contigo, cuenta tú con ellas para tener el derecho y el regalo de practicar la misericordia.

Casa Guadalupe: 0081 0900 88 0003542658 DIOS NO SE DEJA VENCER EN GENEROSIDAD

Él con su ayuda y protección os lo pague siempre. Recen por mí +

Agradecemos muchísimo las palabras del Padre Antonio y le enviamos desde aquí, un cariñoso saludo.

Fuente: ¿Y tú ayudas? Quizás esa Madre te necesite